FAO alerta sobre segunda ola de alza en precios de alimentos
Santiago de Chile, (PL).- El representante regional de la FAO José Graziano alertó que la segunda ola del aumento de los precios de los alimentos puede ser tan devastadora como el fenómeno original. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) precisó que un incremento del 15 por ciento del precio de los alimentos provocaría un aumento de la pobreza de tres puntos porcentuales.
Graziano sostuvo que, aunque la reciente interrupción del aumento de los precios internacionales de los alimentos representa un alivio, los altos valores siguen siendo un motivo de preocupación.En un artículo distribuido hoy por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, con sede en Santiago, Graziano recuerda que el alza original aumentó en 50 millones el número de hambrientos en el mundo en 2007.Tras apuntar que las alzas también provocaron un aumento de la inflación en la región de por lo menos 50 por ciento más que la general, señala que algunos bancos centrales, como los de Brasil y Chile, están subiendo las tasas de interés.Intereses más altos -dice- significan un crecimiento económico menor y se traducen en menos oportunidades de trabajo. Eso es especialmente preocupante en América Latina y el Caribe porque el problema del hambre en la región está vinculado al acceso y no a la disponibilidad de alimentos, afirma Graziano, quien plantea la necesidad de fortalecer las redes de protección social.Al insistir en que la segunda ola puede ser tan peligrosa como el tsunami original, advierte incluso que "frente a la comida más cara, la tendencia es que las personas busquen alternativas más baratas para alimentarse", con un deterioro de la calidad.La seguridad alimentaria, por lo tanto, todavía requiere cuidados y atención del sector público. Después del tsunami, es necesario monitorear con mucho cuidado, reaccionar y anticiparse a las olas que siguen, concluye Graziano.
Tras señalar que la pobreza pasaría del 35 al 38 por ciento de la población, la Cepal señaló que esa alza afectaría especialmente a aquellos ubicados en la frontera de la línea de pobreza.Para analizar esta situación, esa comisión de Naciones Unidas, con sede en Santiago, realizará esta semana un seminario, titulado "Crisis alimentaria y energética: oportunidades y desafíos para América Latina y el Caribe", que abarcará también temas como la agricultura y la diversificación de matrices energéticas, entre otros.Con la presencia de ministros, investigadores y académicos de la región, el seminario será inaugurado este jueves por la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, para "discutir alternativas de política pública para enfrentar en mejores condiciones esta situación", según la convocatoria.Según el formato, la reunión de dos días comenzará con una sesión plenaria sobre el impacto y posibles escenarios en América Latina de la crisis alimentaria y energética, en la que expondrá Bárcena, y luego se realizarán dos debates paralelos (crisis alimentaria y crisis energética).Posteriormente, en ambas mesas se debatirán las medidas de mediano y largo plazo que serían las más convenientes para la región.
Graziano sostuvo que, aunque la reciente interrupción del aumento de los precios internacionales de los alimentos representa un alivio, los altos valores siguen siendo un motivo de preocupación.En un artículo distribuido hoy por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, con sede en Santiago, Graziano recuerda que el alza original aumentó en 50 millones el número de hambrientos en el mundo en 2007.Tras apuntar que las alzas también provocaron un aumento de la inflación en la región de por lo menos 50 por ciento más que la general, señala que algunos bancos centrales, como los de Brasil y Chile, están subiendo las tasas de interés.Intereses más altos -dice- significan un crecimiento económico menor y se traducen en menos oportunidades de trabajo. Eso es especialmente preocupante en América Latina y el Caribe porque el problema del hambre en la región está vinculado al acceso y no a la disponibilidad de alimentos, afirma Graziano, quien plantea la necesidad de fortalecer las redes de protección social.Al insistir en que la segunda ola puede ser tan peligrosa como el tsunami original, advierte incluso que "frente a la comida más cara, la tendencia es que las personas busquen alternativas más baratas para alimentarse", con un deterioro de la calidad.La seguridad alimentaria, por lo tanto, todavía requiere cuidados y atención del sector público. Después del tsunami, es necesario monitorear con mucho cuidado, reaccionar y anticiparse a las olas que siguen, concluye Graziano.
Tras señalar que la pobreza pasaría del 35 al 38 por ciento de la población, la Cepal señaló que esa alza afectaría especialmente a aquellos ubicados en la frontera de la línea de pobreza.Para analizar esta situación, esa comisión de Naciones Unidas, con sede en Santiago, realizará esta semana un seminario, titulado "Crisis alimentaria y energética: oportunidades y desafíos para América Latina y el Caribe", que abarcará también temas como la agricultura y la diversificación de matrices energéticas, entre otros.Con la presencia de ministros, investigadores y académicos de la región, el seminario será inaugurado este jueves por la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, para "discutir alternativas de política pública para enfrentar en mejores condiciones esta situación", según la convocatoria.Según el formato, la reunión de dos días comenzará con una sesión plenaria sobre el impacto y posibles escenarios en América Latina de la crisis alimentaria y energética, en la que expondrá Bárcena, y luego se realizarán dos debates paralelos (crisis alimentaria y crisis energética).Posteriormente, en ambas mesas se debatirán las medidas de mediano y largo plazo que serían las más convenientes para la región.
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