La Paz Comercio y agricultura, los motores de su economía:


El comercio informal, una de las principales actividades productivas de la actualidad. Sus características geográficas, demográficas y la diversidad de su riqueza natural hicieron de La Paz la región más dinámica del país. La producción de coca tuvo un papel importante.

Su posición geográfica, sus riquezas naturales y su numerosa población determinaron que La Paz se constituyera en el primer centro comercial de la República y que se alzara como el primer departamento en producción industrial y agraria y el tercero en minería. Así lo afirma Luis Peñaloza en La Paz en su IV centenario 1548-1948. IV Monografía Económica, edición del Comité Pro IV Centenario de la Fundación de La Paz.

En entrevista con La Prensa, el sociólogo Alexis Pérez señala, por su parte, que La Paz siempre ha sido agrícola y comercial, estaba rodeada de haciendas y de ayllus, por lo cual “predominaba el área rural en la ciudad”, que tenía una mayoría de habitantes mestizos e indígenas.

Vocación agrícola

La agricultura aportaba con papa, maíz, oca, quinua y la domesticación de llamas y alpacas, señala el libro La Paz. Historia de contrastes, escrito por Fernando y Magdalena Cajías, Rossana Barragán y Ximena Medinacelli y publicado en 2007.

Por su ubicación, al oeste del país, cerca de las costas del océano Pacífico, esta ciudad se convirtió en parada obligada para los viajeros que iban de Cusco a Potosí o viceversa, al estar en el centro de esta ruta. Eso la potenció como centro de herrería y de comercio. Pérez resalta que también era importante para el sur peruano. “La Paz se convirtió en su mercado natural para la venta de aguardiente, pisco y vino, que venía desde Moquegua”. Durante la Colonia se introdujo en el altiplano el ganado lanar y los forrajes; en los Yungas, el azúcar, y en los valles, la uva.

Pero el producto más importante desde la época prehispánica fue la coca de los Yungas, de donde también se traía el café y el cacao, que aparecieron a fines del siglo XVIII. Según Pérez, la quinua también tuvo su importancia en la economía paceña, porque abastecía al mercado interno y también se la exportaba para curar la malaria.

La minería paceña

El nombre ancestral de La Paz (Chuquiago, heredad de oro) hace referencia a la producción aurífera en la cabeza de valle y en sus alrededores. En el siglo XX apareció la minería, principalmente en la provincia de Inquisivi. Según Pérez, Quime, Caracoles y Milluni son las grandes minas de estaño.

En La Paz: Historia de contrastes se resalta la producción de cobre en Coro Coro y de estaño en Colquiri y Caracoles, tarea que estaba en manos de empresarios y luego pasó a la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). En la actualidad es administrada por cooperativas y empresas privadas.

Crisis minera y productiva

Con la caída de la producción minera entre 1793 y 1795 en Potosí, se produjo una crisis en La Paz en 1800, porque el mercado principal de la coca yungueña era el de los mineros. Empero, el régimen colonial no tuvo reparos con la situación y siguió cobrando impuestos.

La población no podía pagar y las deudas crecían; se cometían abusos contra el campesino. Esto creó una tensión social entre los productores de coca que derivaría, entre otras cosas, en la sublevación de 1809. Pérez afirma que la mayoría de los miembros de la Junta Tuitiva eran “coqueros”, una parte burócratas y otra abogados.

Según Alcides d’Orbigny, citado en la Monografía Económica de 1948, de la citada colección, en la tercera década del siglo XIX, el mercado de La Paz estaba abarrotado de productos y frutas de todas las regiones del país. A pesar de que la Guerra de la Independencia había parado algunas industrias paceñas, La Paz era una ciudad plena de recursos.

Auge comercial

Luego de la victoria sobre el sur (Chuquisaca) en la Guerra Federal, se experimenta un auge económico debido a que La Paz era un punto de referencia adecuado para las actividades comerciales, económicas y políticas, por estar cerca del océano Pacífico.

En el libro La Paz. Historia de contrastes se afirma que la ciudad se llenó de mercadería europea, especialmente británica, marcando una nueva época.

Según la misma fuente, en las primeras décadas del siglo XX, con la apertura de mercados se vivió un nuevo tipo de comercio, con la aparición de numerosas tiendas que llenaron las ciudades de todo tipo de productos importados y de consumo suntuario.

Después del 52

La Revolución de 1952 cambió la tenencia de la tierra en la región andina, eliminó el latifundio y dotó a los campesinos de pequeñas tierras que poco a poco se apoderaron del mercado interno, que luego se colapsaría por la crisis minera.

En los años 80, La Paz entró en decadencia. Uno de los factores fue que la economía agrícola del altiplano tenía su mayor mercado en pequeños centros mineros, como Milluni, Caracoles y Coro Coro, donde vendía sus productos, explica Pérez.

Con el repliegue de la economía del altiplano, la población rural se trasladó a la ciudad de La Paz —dice Pérez—, al igual que los mineros. La llegada de los inmigrantes ocasionó el crecimiento acelerado de El Alto, convirtiendo esa zona en un “inmenso campamento” de desocupados. Desde entonces, éstos bajan todos los días a la urbe paceña a buscar su sustento en trabajos informales.

El sustento actual

El comercio informal da sustento a la economía paceña, afirma el sociólogo Pérez. Ésta es una ciudad de “tolderíos”, eso es lo único que le da dinamismo a su economía sumergida. “Es la decadencia absoluta”, sentencia.

Por su lado, los historiadores Cajías, Barragán y Medinacelli sostienen que la mayor fortaleza económica de La Paz es su diversificación, lo que le permitió sobrellevar mejor las crisis.

La economía diversa de La Paz cuenta con la agricultura, el pastoreo, la minería, la industria, el comercio, la artesanía y las finanzas, entre otros.

Para el analista económico Juan Careaga, la visión económica centrada en la extracción de los recursos naturales, que predominó desde la Colonia hasta el presente, tiene que cambiar. Un ejemplo, dice, es el que se desarrolla en la ciudad de El Alto, con pequeñas y medianas industrias.

En criterio del analista Gonzalo Chávez, en los últimos años La Paz ha perdido su competitividad, no ha desarrollado su perfil productivo. “De ser el centro comercial, político y económico del país, entre los años 60 y 80, fue perdiendo competitividad y posición frente a los otros departamentos, esto por diferentes razones”.

No desarrolló vocaciones productivas como sería deseable, añade, y se concentró en el comercio, en los servicios bancarios y educativos, sin impulsar un perfil productivo. Esto se ve en los indicadores sociales del Producto Interno Bruto (PIB): La Paz está en cuarto lugar, después de Santa Cruz, Oruro y Potosí.

Pérez, Chávez y Careaga coinciden en que el futuro productivo de La Paz está en el norte del departamento, donde están concentrados recursos naturales importantes que pueden ser aprovechados, pero de manera sostenible.

En la actualidad, el Gobierno impulsa algunos proyectos en el norte paceño, por ejemplo, la producción de caña de azúcar para su industrialización.

La informalidad se ha convertido en un gran problema para

La Paz, sobre todo en El Alto, donde más del 70 por ciento de la economía se mueve en el ámbito informal, cuyas cifras no aparecen en el PIB.

La producción y comercio de coca

Durante la Colonia, la hoja de coca era el segundo producto que circulaba en el mercado después de la plata convertida en moneda, explica el sociólogo Alexis Pérez. Los españoles indujeron a los indios a consumirla, a pijchar, porque se dieron cuenta de que eso elevaba el rendimiento en el trabajo.

En la época precolombina, la coca era consumida sólo por el Inca y su élite y se la usaba para algunos rituales. Su cultivo más importante estaba en los valles de Zongo, al norte de la ciudad de La Paz.

En tiempos coloniales y en parte de la República —apunta Pérez—, el mayor mercado de la coca paceña estaba en las minas, aunque su comercio en Perú le permitía algún retorno a La Paz, que compraba telas provenientes de Cusco, como la bayeta. El flujo comercial era otro mercado importante, puesto que los comerciantes descansaban en La Paz y continuaban su viaje, ya sea a Cochabamba, Potosí o o Cusco, llevándose coca.

Según el libro La Paz. Historia de contrastes, en esos periodos el cultivo y el comercio de la hoja de coca, mediante haciendas productoras, fueron importantes fuentes de acumulación de riqueza.

Desde el siglo XVIII, su consumo se extendió entre los mestizos y criollos, abriendo nuevos mercados, aunque esto cambió desde su vinculación con el narcotráfico en la segunda mitad del siglo XX. En la actualidad su cultivo se ha extendido a Cochabamba y Santa Cruz.

Datos

Etapa precolombina: Río Abajo era una zona agrícola importante, igual que los valles de Yungas, Sapahaqui y Caracato, de donde se traían frutas, vinos, aguardientes, café y, principalmente, coca.

En esa época ya existía el intercambio de productos a través del trueque, aún vigente en varías regiones rurales del altiplano paceño.

Etapa colonial: el Cabildo distribuye lotes rurales, donde se obliga a los indígenas a cultivar frutas y legumbres europeas.

Se entró en la economía de mercado. La élite paceña, aymara, criolla o mestiza, está vinculada al comercio.

Textiles de Obrajes: fábricas de paños de lana que utilizaban materia prima y mano de obra nativas.

La artesanía mestiza e indígena se consolidó en el siglo XIX, con carpinteros, sastres, herreros, zapateros, hilanderos y sombrereros.

La industria en el siglo XX estuvo en manos indígenas y mestizas que fabricaban telas y tejidos de lana de vicuña y de alpaca y también de seda, de buena calidad.

Fuente : http://www.laprensa.com.bo/especial/bicentenario/bicentenario/16_07_09_contenido4.php

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