Exportaciones bolivianas estancadas por falta de apoyo al sector productivo
Si bien las exportaciones bolivianas se han visto beneficiadas por los precios altos en los mercados internacionales, aumentando su valor, éstas no crecieron en volumen, por el contrario, en muchos casos disminuyeron, según la Cámara Departamental de Exportadores.
Los mayores incrementos se dan en hidrocarburos y minerales y no así en productos no tradicionales.
“Los números no mienten. El crecimiento de la economía ha sido de 4.7% cuando el 2005 fue de 4.5%, por lo tanto en realidad el crecimiento es casi nulo. La lectura que debería hacerse ante estos resultados es que no se están realizando gestiones en el área económica que fomenten la capacidad productiva e incentiven la producción y exportación de los productos bolivianos”, señala una nota de prensa de la Cámara.
En el caso de los hidrocarburos, Bolivia ha percibido ingresos abundantes gracias a la coyuntura de los elevados precios internacionales, sin embargo en materia de productividad, existe un congelamiento y no así un crecimiento.
En el caso de las reservas confirmadas de gas, Bolivia viene en un constante descenso de las mismas pasando de 25 TCF a 18 TCF, dicho valor tiende a ajustarse mientras el nivel de inversiones sigan estancadas.
En caso de la exportación y producción de gas, las conclusiones son las mismas, no se ha logrado superar la franja de productividad del 2007 y los valores de crecimiento no son alentadores, muestran un estancamiento por la limitación de la capacidad instalada.
Si se toma como referencia esencial, las inversiones en el sector de hidrocarburos desde el 2006, éstas han venido reduciéndose a un ritmo de 27% por las variaciones contractuales y la poca estabilidad en las inversiones.
En el caso de la minería, tomando como caso puntual el estaño, su producción ha venido en franco descenso pasando de 18.700 toneladas en el 2005 a 12.880 toneladas el 2007. Con relación a los precios, estos se han incrementando constantemente a un ritmo del 100% anual hasta el 2008, sin embargo en menos de dos meses, los precios han caído un 16%.
El ritmo de exportación y producción no ha acompañado la coyuntura internacional de precios, con lo cual se ha perdido una oportunidad única de crecimiento. El sector minero requiere de inversiones y estabilidad socioeconómica para su desarrollo, situación que desde el año 2006, no se ha tenido en nuestro país.
Bolivia no está preparada para soportar la caída de precios, pues los costos de producción y logística han subido demasiado. Se observa la ausencia de políticas gubernamentales que ayuden a paliar este tipo de efectos negativos en la economía nacional, advierte.
En el caso del sector oleaginoso, la situación es aún más seria, a pesar que la producción ha sido afectada por variables climáticas, la productividad ha logrado alcanzar niveles aceptables, tomando en cuenta los precios internacionales, los volúmenes de producción y exportación.
“En ese sentido, nuestro país tiene un gran potencial para producir alimentos, lo cual debería ser incentivado por el Gobierno, con financiamiento, liberación de importaciones para tecnología e insumos agrícolas. Sin embargo, el Gobierno hace todo lo contrario, prohíbe las exportaciones, afectando también la producción”, critica.
Los mayores incrementos se dan en hidrocarburos y minerales y no así en productos no tradicionales.
“Los números no mienten. El crecimiento de la economía ha sido de 4.7% cuando el 2005 fue de 4.5%, por lo tanto en realidad el crecimiento es casi nulo. La lectura que debería hacerse ante estos resultados es que no se están realizando gestiones en el área económica que fomenten la capacidad productiva e incentiven la producción y exportación de los productos bolivianos”, señala una nota de prensa de la Cámara.
En el caso de los hidrocarburos, Bolivia ha percibido ingresos abundantes gracias a la coyuntura de los elevados precios internacionales, sin embargo en materia de productividad, existe un congelamiento y no así un crecimiento.
En el caso de las reservas confirmadas de gas, Bolivia viene en un constante descenso de las mismas pasando de 25 TCF a 18 TCF, dicho valor tiende a ajustarse mientras el nivel de inversiones sigan estancadas.
En caso de la exportación y producción de gas, las conclusiones son las mismas, no se ha logrado superar la franja de productividad del 2007 y los valores de crecimiento no son alentadores, muestran un estancamiento por la limitación de la capacidad instalada.
Si se toma como referencia esencial, las inversiones en el sector de hidrocarburos desde el 2006, éstas han venido reduciéndose a un ritmo de 27% por las variaciones contractuales y la poca estabilidad en las inversiones.
En el caso de la minería, tomando como caso puntual el estaño, su producción ha venido en franco descenso pasando de 18.700 toneladas en el 2005 a 12.880 toneladas el 2007. Con relación a los precios, estos se han incrementando constantemente a un ritmo del 100% anual hasta el 2008, sin embargo en menos de dos meses, los precios han caído un 16%.
El ritmo de exportación y producción no ha acompañado la coyuntura internacional de precios, con lo cual se ha perdido una oportunidad única de crecimiento. El sector minero requiere de inversiones y estabilidad socioeconómica para su desarrollo, situación que desde el año 2006, no se ha tenido en nuestro país.
Bolivia no está preparada para soportar la caída de precios, pues los costos de producción y logística han subido demasiado. Se observa la ausencia de políticas gubernamentales que ayuden a paliar este tipo de efectos negativos en la economía nacional, advierte.
En el caso del sector oleaginoso, la situación es aún más seria, a pesar que la producción ha sido afectada por variables climáticas, la productividad ha logrado alcanzar niveles aceptables, tomando en cuenta los precios internacionales, los volúmenes de producción y exportación.
“En ese sentido, nuestro país tiene un gran potencial para producir alimentos, lo cual debería ser incentivado por el Gobierno, con financiamiento, liberación de importaciones para tecnología e insumos agrícolas. Sin embargo, el Gobierno hace todo lo contrario, prohíbe las exportaciones, afectando también la producción”, critica.
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